domingo, 21 de junio de 2009

FUTURO


Hacía tiempo que sentía que su vida no estaba sincronizada… Visualizaba sus días como una película en la cual el sonido va unos segundos por delante que las imágenes. Había perdido el control, iba a la deriva. La habían despedido de su trabajo hace unos días, se le acababa el dinero para pagar el alquiler, y no conseguía encontrar un nuevo empleo.

Una mañana como cualquier otra se levantó, tomó un baño, dejando que el último chorro cayese únicamente frío para ver si su mente aumentaba las revoluciones para acompasarse a su cuerpo, pero ni por esas, todo seguía igual.

Tomó un café muy cargado, sacó a pasear a Nelly, que era la única que aguantaba sus quejas, quizás porque la correa le impedía huir, y ella aún no sabía diferenciar entre ladridos de queja y de comprensión. Camino del parque pasó por un quiosco y compró un periódico, con la excusa de buscar trabajo, pero lo primero que hizo (aunque no lo hubiera reconocido nunca) fue abrir la última página y buscar su horóscopo.

Géminis: La dualidad de tu signo te favorecerá. Tu parte más negativa se verá aislada por tu positividad. Recuerda, si le sonríes a la vida ella te sonreirá de vuelta.

Las mismas frases vacías de siempre, pensó, esperaba que algún día al abrir un periódico o revista, su horóscopo dijera:

Géminis: Teresa, no olvides comprar pan. A la vuelta de la tienda conocerás al hombre de tus sueños.

O,

Géminis: Teresa, vete al hipódromo, apuesta al tercer caballo de la séptima carrera, y volverás a casa siendo millonaria.

Pero no, eso nunca pasaba. Tendría que conformarse con su triste realidad. Buscar otro trabajo, y empezar de nuevo, otra vez. Ya no se sentía con fuerzas para hacerlo. Su curriculum no era una maravilla, y había dejado de tener unas piernas esculturales hace mucho tiempo, cosa que le había facilitado las cosas en alguna ocasión. Con la resignación de quienes creen la batalla perdida de antemano se levantó del banco, pegó un leve tirón de la correa de Nelly para ponerla en marcha, y echó a andar. Tenía muchos curriculums que entregar hasta que alguien le diera empleo de nuevo.

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A lo lejos, una anciana observaba como Teresa se marchaba camino a casa. Le hubiera gustado pararla, decirle que aquello no era el final, ni siquiera otro principio. Tan sólo era una pausa dentro de la larga historia de su vida. Le quedaban muchas cosas por hacer, por vivir y disfrutar, pero para eso tendría que aprender a salir sola del bache en el que estaba.

–Las lecciones más duras no nos las enseña nadie, las aprendemos a base de experimentar-

Empezó a caminar en dirección contraria a Teresa, segura de que el Tiempo las volvería a reunir, como otras tantas veces, aunque ella jamás se diera cuenta. Llevaban toda la vida juntas, y así debía seguir siendo. Ése era el pacto, siempre y cuando jamás le revelara a Teresa cual era su Destino.

1 comentario:

  1. Me alegra que hayas actualizado, Athena, que te echaba de menos. Muy buen relato, cargado de sensaciones conocidas, que aplastan y también sacan sonrisa, porque es así: salir adelante, experimentar, vivir... y estar cerca del otro sin entrometerse. Saludos!!!

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