miércoles, 15 de diciembre de 2010

Pasión



Perderse en la infinidad de un beso, sentir unos labios que se unen a los tuyos en una complicidad total y te transportan a terrenos desconocidos e inexplorados.
Notar la calidez de un abrazo y sentir que te derrites, y dejas de ser tú, para convertirte en otra cosa, en alguien ajeno que es plenamente feliz y completo.
Un juego de miradas, sonrisas, que te hace olvidar por completo el espacio y el tiempo.
Se podría estar produciendo en cualquier lugar del mundo, pero te está pasando a ti, con él, y quieres que ese momento sea eterno, que no exista nadie más, ni explicaciones ni problemas, tan sólo vosotros en ese momento de ternura y pasión sin fin.
Es una mezcla extraña, pasas de ser una niña que se cubre en ese abrazo a ser la mujer que lo devuelve con pasión, y todo eso cabe en el mismo instante, en el mismo beso, y todo tiene sentido.
Un baile de dos, sin espacio que los divida, y el ritmo lo marcan las respiraciones, que acaban acompasadas entre beso y beso. No existe una coreografía, tan sólo unas ansias por dejarse llevar y descubrir el cuerpo del otro, como si fuera la primera vez.