martes, 22 de marzo de 2011

Otra vez...



Madrugadas de té con limón...
conversaciones hasta que saliera el sol...
compañía inesperada pero necesaria.

Ha pasado mucho tiempo...
parece todo tan lejano y descolorido...
pero aún sigues siendo tú, conmigo.

Todas las despedidas duelen...
por injustas, por indeseadas...
Y ahora, …
quizá porque siempre hay más despedidas
rondándonos,
vuelven a mi memoria esas madrugadas.

Nunca me gustó decir adiós,
odio las despedidas...
pero jamás he tenido elección.

Tú sigues en mi vida, para siempre
con esa mirada dulce y hermosa
“los ojos más bonitos” ¿recuerdas?

Se acerca otro aniversario...
otro año sin ti, y aquí sigo,
odiando las despedidas.

jueves, 10 de marzo de 2011

La naturaleza del escorpión



Un escorpión, que deseaba atravesar el río, le dijo a una rana:

-Llévame a tu espalda

-¡Que te lleve a mi espalda! -contestó la rana- Ni pensarlo. ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, ¡me picarás y me matarás!

-No seas estúpida -le dijo entonces el escorpión-, ¿no ves que si te pico te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

Los dos animales siguieron discutiendo hasta que la rana fue persuadida. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró y empezaron la travesía.

Llegados al medio del gran río, allí donde se crean los remolinos, de repente el escorpión picó a la rana. Ésta sintió que el veneno mortal se extendía por su cuerpo y, mientras se ahogaba, y con ella el escorpión, le gritó:

-¡Ves, te lo había dicho! ¿Pero qué has hecho?

-No puedo evitarlo -contestó el escorpión antes de desaparecer en las aguas- Es mi naturaleza.


Esta es una fábula muy antigua, me permito utilizarla porque me parece esclarecedora.

Cuantas veces nos comportamos como la rana y, aún sabiendo que nos llevará a la perdición, confiamos en el escorpión? Si eres un escorpión siempre te comportarás como tal, y no se puede esperar que cambies.
Duele aprender las lecciones de la vida, pero no nos moriremos sin aprender cosas nuevas cada dia...