domingo, 28 de noviembre de 2010

IT GETS BETTER!!!

La adolescencia es un periodo especialmente traumático, más que nada en este mundo queremos encajar, sentirnos parte de algo. ¿Que pasa si a todo eso le sumas que perteneces a una minoría? Ya eres un bicho raro oficial. Si es obvio que perteneces a dicha minoría algunos trogloditas te pueden insultar, pegar... en definitiva, hacerte ese periodo de tu vida un infierno.
No tienes bastante con sentirte raro tú mismo, tienes a gente que te mira mal, se empeñan en hacerte infeliz porque eres distinto, y tienes que tener un carácter muy fuerte para no abrir la primera ventana y saltar al vacío.
Esto lleva pasando desde que el mundo es mundo, porque los seres humanos tenemos esa necesidad de encajar, y porque tenemos un miedo atroz a todo lo desconocido, y actuamos rechazándolo. Eso pone a los dos bandos enfrentados, y desgraciadamente hay veces que acaba muy mal.
Un amigo mío me ha hecho llegar la historia de este proyecto, que surgió como ayuda para toda esa gente de la comunidad de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales, y es una idea maravillosa. La idea se llama IT GETS BETTER, y básicamente se resume en eso, en muchísimas personas contando como lograron sobrellevar esa época de rechazo tan horrorosa, y han llegado al otro lado, a una vida plena con amigos, familia, pareja, hijos, y sobre todo sintiéndose bienvenidos.
Tengo que reconocer que aún perteneciendo a una minoría racial yo misma, nunca he sentido en mis carnes ese rechazo directo. Me crié rodeada de familia y amigos que me han demostrado su amor incondicional, incluso en las épocas en las que yo misma no me quería demasiado, pero sé lo importante que es que alguien, desde algún sitio te diga SIGUE AVANZANDO, ESTO PASA, Y TE ASEGURO QUE TODO ESTO, TU VIDA, MEJORARÁ.
Dejo un video como muestra de este proyecto, y os animo a compartirlo con amigos.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Ya es Navidad en....



¿Os habéis dado cuenta de la cantidad de anuncios que ponen en la tele de juguetes, perfumes y demás parafernalia? Ni siquiera en época de crisis bajan los ánimos consumistas, al fin y al cabo siempre hay un nuevo miembro en la familia, o un motivo por el que queramos sorprender a nuestros padres/hijos/hermanos/pareja... y qué mejor que el último perfume de esa marca, ese juguete que además de tener luz, tiene música y también se mueve para adelante o atrás?
Perdonadme que esté tan cínica, pero es que esta Navidad tiene un significado especial para mí, y me molesta tanto capitalismo televisivo.
Había un anuncio, ya histórico, el de "vuelve a casa vuelve, por Navidad", que al menos utilizaba el recurso de las familias reunidas por Navidad. No hay nada como estar separado de los tuyos para saber apreciar lo que son esas reuniones.
Hasta hace unos años para mi la Nochebuena era un día de trabajo en la cocina con mi madre, luego ponerse guapa, cenar con mi familia, tener un momento de recuerdo para los que no estaban y luego estar tranquilos en casa.
Ahora las cosas han cambiado, algunos se han ido para no volver, otros están lejos... y la melancolía acecha en cada esquina. Para Reyes tendré el mejor regalo, un reencuentro con mi vida que llevaba años esperando, y que seguro me traerá muchas cosas buenas.
Últimamente cuando salgo del trabajo, me fijo en la gente que espera, en los pasajeros que vuelven después de ausencias más o menos prolongadas, en esos abrazos que parece que comparten parte del alma, y a mi me produce una ligera envidia y me hace aflorar una sonrisa a los labios.

lunes, 15 de noviembre de 2010

"Zoon Politikon"



Ya en la antigua Grecia, Aristóteles definía al hombre como un animal social, y hoy en día no hemos dejado de serlo. Somo seres llenos de necesidades, no nos basta con un buen trabajo que nos haga llegar a fin de mes sin preocupaciones (aunque a muchos hoy en dia si les dieran eso podrian dormir tranquilos). Cuando ya tenemos eso, queremos más, y no hablo sólo de dinero, queremos que se nos reconozca nuestra labor, y si eso no pasa surgen frustraciones, agobios y demás inicios de depresión.
Yo soy un vivo ejemplo de ello, una inconformista sentimental que necesita de vez en cuando una palmadita en la espalda que le "agradezca" sus ganas en el trabajo.
Ya que he visto que por parte de mis jefes eso es imposible, que el reconocimiento no viene ni en forma de aumento, ni de ascenso y ni hablemos de juntar dos simples palabras, BIEN HECHO, he prestado más atención a mis otras fuentes de feedback, compañeros y pasajeros. Ahí si he tenido el apoyo que necesitaba, en el simple hecho de ver que mis compañeros trabajan a gusto conmigo, y que los pasajeros también se sienten cómodos cuando hago mi trabajo.
El dibujo de arriba es una muestra de ese "aprecio", fue un regalo de un pasajero con el que a penas crucé un par de frases, pero que me alegró el dia.
Hay dias que me planteo si no será demasiado infantil y absurda toda esta necesidad de reafirmación, pero es que esto es lo que me ayuda a salir de la cama a diario y plantarle cara al nuevo dia con una sonrisa.
Si la hija de Punset habla de la necesidad de abrazar, del contacto fisico que tenemos los humanos (incluso le da un tiempo mínimo de 6 segundos para que el abrazo tenga el efecto deseado) yo le sumo al abrazo ese par de palabras que dije antes, BIEN HECHO, y si lleva incluido una sonrisa mucho mejor.
No creo que cueste tanto demostrar que valoramos el trabajo de otra persona, que apreciamos los esfuerzos que hace cada dia, y sobre todo, por lo que más queramos, sonreir un poco más a la gente que nos rodea, que parece que las sonrisas se venden demasiado caras en el mundo en el que vivimos!

domingo, 7 de noviembre de 2010

STUCK IN THE MIDDLE



Atada, en medio de un pasillo del cual no veo claramente la salida, y para colmo, las paredes se van acercando cada vez más. Cuando presto más atención, veo que no son paredes, sino dos placas de acero que reflejan mi imagen.
No es una imagen fiel, sino una realidad distorsionada de mi misma. En la placa de mi izquierda me veo muy pequeña, casi diminuta, y en la otra hay un yo más grande, más fuerte, e incluso más hermosa de lo que jamás pueda ser. Yo no soy ninguna de esas dos mujeres, pero ambas se aproximan, cada vez más, tanto que llegan a rozarme. Empiezan a apretar los hombros, noto la presión y ya sólo me queda esperar el crujido. Sólo por la espera del dolor, mi respiración se agita, mi corazón late demasiado deprisa y el miedo no me permite ni llorar.
Mis brazos encogidos me aprietan las costillas y ya no consigo respirar. Cuando por fin llega el momento de la verdad, dolor y muerte, cierro los ojos, grito...
Cuando los vuelvo a abrir estoy en una esquina de mi cama, encogida, temblando, empapada en sudor y dando grandes bocanadas de aire.
Afortunadamente solo ha sido un sueño, pero por alguna razón me duelen mucho los hombros.